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domingo, 7 de septiembre de 2008

En el fondo del mar


El infierno

O el cielo

Me da igual.

Prefiero el fondo del mar...


No me metas presión…

Aprende de mí, que soy un tipo

Triste y feliz, sin religión.


Yo lo hubiera echo mejor,

Si tú,

Por un segundo

Me hubieras echo el AMOR.


Pero yo puedo cambiar

Y puedo soñar, arriesgar.

También puedo amar

Como nadie,

Y nadie me va a parar.


No soy un muñeco de trapo,

Ni salto como sapo

No soy zapato,

Aunque mi vida sea un fracaso,

Se de mi, sin que nadie me diga

El por qué de la vida.


Aunque y todos

Sabemos que no hay salida,

Que esto no da para más.


Yo soy la puerta para el rayo de luz

Que brillará,

Para los que vengan después de mí.


Y tú, solo serás una más…

Entre tanta ciudad

Que mira por la ventana

Buscando una estabilidad

Que no existe y que solamente

Yo te la hubiera podido dar.

1 comentario:

Sara dijo...

Si ella se va no la perdones.
Si te deja cultiva bien tu odio.
Nunca seas generoso en olvido, si ella se va.
Si te deja no digas adiós
o "Qué vamos a hacerle", no pidas perdón.
No repases vuestras fotos
y, mirándole a los ojos,
regálale eterno tu odio.

A mí me cuesta hacerlo, pero lo cierto es que, al menos al principio, es uno de los muchos buenos consejos de Rodolfo