VII ( Inedito, primer libro)

Cuantas palabras…
han dicho mis lágrimas,
que tú, nunca supiste.

Cuantas palabras…
que han dicho mis ojos,
que tú, nunca supiste.

Pero hay una palabra
que dijo mi boca,
sin hablar:

Mi beso…
En aquella avenida,
Mientras lloraba y te miraba.
Los autos, pasaban silbando
Y nosotros como los enamorados
que fuimos, dormidos en plena calle.

¿Es necesario hablar, entonces?

Era nuestro momento.
Los que nos miraban,
Ellos hablaban, de ti y de mí.
De nuestro abrazo y beso eterno.

V (Inedito, Primer libro)

Con el amanecer
Se iban entregando:

Lo últimos besos
Los últimos abrazos
Las ultimas miradas
Las últimas promesas
Las últimas mentiras

Amo a la mañana, tanto…
Como a ti en mi cama.

Ya eras mía…
Y habías sido mía
Muchas veces
En la misma noche
Gemidos ardientes
Orgasmos sucesivos
Vecinos sorprendidos

En el último amanecer
Mis bigotes de pelos gruesos
Te picoteaban la espalda
Te abrazaba y te besaba
Besos de labios gruesos
Que florecían como los cerezos
En tu beso y mirada
En mi almohada y mi cama.

Atrinque:

Ningún hombre
Te dará tanto placer
Como yo, aunque lo ames.

Ninguno,
Te escribirá como yo
Los versos de amor.
Aunque tenga todas
Las hojas del mundo
Todos los lápices del cosmos.

Ninguno,
Por que ninguno…
Es,…
Ninguno!

Espejismo II

Una cruzada de ojos,
una sola mirada.
En cualquier calle o avenida.
Si te encuentro en la esquina,
por deseo

o antojo.

Oh, amada mía
¡Quizás fueras mi vida!

Y tu amor crecería
como pasto que se riega,
por las mañanas que te esperan.
Con el rocío de mis besos,
con este amor que está preso.

Oh, amada mía
¡quizás fueras mi vida!

¿Por qué no dices nada?
Cuando te miro y no te toco.
Cuando te miro y yo en tus ojos.

Oh, amada mía
¡Quizás fueras mi vida!

Y te quedas ahí parada.
En el semáforo en rojo.
En los supermercados

que compras.
Y te vas apurada.

En las librerías,
hojeas por ratos.
Te miro sin descanso.
Huelo tu pelo a un metro,
cuando estás ahí parada.

Tu perfume dejas,
en una cruzada de ojos.
Una sola mirada
Nos une por deseo

o antojo.

Oh, amada mía
¡Quizás fueras mi vida!

Autorretrato

Soy o creo ser…

Hablador de manos,
Besador de boca,
León de noche,
Regalador de rosas,
Arquitecto en la cocina,
Tímido con los niños,
Amante por profesión,
Aperrado de perros,
Caminante eterno,
Soñador de playas,
Constructor de versos,
Despertador de mañanas,
Autoexiliado por destierro,
Chileno del chile de Allende,
Solitariamente sociable,
Y socialista a perpetuidad,
De manos grandes y dedos largos,
Que tocan mis piernas cortas,
Dibujante de ojos, y nariz de porrón.

Espejismo

Me mareaste

con tu belleza…

Cuando apareciste

por Paseo Huérfanos.

Huérfano estaba,
no pude volver la mirada:

Un tipo que venía

por mi camino.
Choco bruscamente

con la ventana de mis ojos.
Dejándome ciego…

El sol se encandilo,

cuando me miró.

Y cuando por fin logre divisarte...
Entre el tumulto de la gente.
Pude ver como la calle

te tragaba lentamente.

Entonces ya, habías desaparecido.
Entonces ya, habías muerto.

Melancolía

En tu voz,
en el aire que ocupas.
En tu sonido...
En la fuerza que ocupas.
Eres cuerpo, pestaña, pez,
piernas y pelo negro.

Ya pasó un minuto.
De que pensé en ti.
Y soy joven,

Sigo con mis 27.
Sigo presente.
Recuerdo a mi gente.
Y equivocándome

como siempre.

No soy de aquí…
Mi melancolía es victima.
Y no quiero que me la arrebates tú …
Aunque me muera…

Hoy estoy triste.

Siempre lo he sido!

Te doy todo,

menos mi triteza.

Mujeres

Me duelen las mujeres,
como dolor de muelas.

Pensar en sus caderas...
Cuando caminan

y me esperan.
Pensar en sus cinturas,
que he tocado con ternura.

Me duelen las mujeres,
como dolor de muelas.

Mirar sus ojos

y sus labios...
De reojo, no es agravio.

Mirar sus senos

y sus piernas.
En sus ropas

que se internan.

Me duelen las mujeres,
como dolor de muelas.

Verlas besar

a otros hombres.
Sin permiso

y no se esconden.
Verlas abrazar

a sus parejas.
Mientras yo entre rejas.

Me duelen las mujeres,
como dolor de muelas.

Sentir que no me tocan...
Ni que atravieso por sus ropas.
Sentir que no me aman.
En mis noches y en mi cama.

Me duelen las mujeres,
como dolor de muelas.

El Viaje

En mis zapatos…
Aun hay polvo
De la antigua
Línea de tren.

En mis ojos estás tú
Junto a todos los
Lugares que visitamos.

El día en la playa
Que jamás olvidaré
Compañía de perros,
Como si fuera costumbre
Vernos caminando.

Quizá, no fue la primera vez,
Quizá hubo otra vez
Y que repetimos ese día
Como en cada vida que vivimos,
En cada tiempo pasado.

Tus ojos son los de antes,
Llevas la mirada de Alicia
Que te cuida, en cada paso que acaricias.
Pasos que llevan el sonido del mar.

Eres contenta,
Me gustan tus piernas,
Tu tranquilidad
Tu ternura
Y también, cuando fumas.

En mis zapatos
Aun hay polvo
De la antigua
Línea de tren.

De la cual,
Algún día me marché,
Y ese sábado desenterré
Y regresé.

I ( Inedito, Primer Libro)

En la quebrada de santiago…

Todos nos vieron pasar besándonos
Caminando riéndonos, de la mano.
Mientras la mañana fría
Helaba tus pasos, frente a la moneda.

Apareciste,
Como un relámpago,
Como un fantasma fugaz,
Justo en el momento, en que te olvidaba,
Con la tristeza que ya me conoces, que ya sabes.

Apareciste,
Como un destello, pero breve.
Dejando todo iluminado
Otra vez en mi pecho.

Eres como el tiempo, que pasa…
Y cuando nos damos cuenta, pasa y pesa.

Eres sonido de pileta, piscina de mendigos.
Barco con timón averiado, solitario.

Mi ansiedad única,
Adrenalina excitante,
Cuando estaba
Por ir a encontrarte.

Tomé

De tu casa, se ve el faro con tus ojos…
La gente, la plaza.

El morro, te cuida con mis manos,
El mar te besa cada día, si me mientes, si me olvidas.

Y me quedo en tus piernas, en tu regazo.
No pienses nunca el los fracasos.
Fui feliz, un día, lo puedo ser.

No sabía que la luna, tuviera tus manos
y ese abrazo y beso, en la iglesia.
Fue

lunada en día,
Toque tus labios y el mar rugió,
Y en Dichato, sentados nuestro amor nació.

El hombre de la cocina

Pa` destapar la cocina…
Pa` destapar la cocina…

Dice un vendedor
En la alameda
Canoso hasta la piel.

Pa` destapar la cocina…
Lo dice, sin parar.

Nunca lo he visto vender algo,
Y sigue ahí invulnerable
Negandose al paso del tiempo.

Siempre está perfectamente
En el mismo lugar. ¿por qué?
En un persa vendería más
O en una micro, quizá
Pero está,
Donde la ola revienta.
Donde el mar tiene sus brazos,
Corriente que encaleta al congrio.

Él, con una chaqueta gris,
Parece parte del edificio,
Parte de la estructura,
Donde revientan las miradas
De los pasantes.

Es pilar ,
Y si algun día
Llegara a faltar,
Cocinas tapadas lo llorarían,
Sin poder calentar.

III (Inedito, Primer Libro)

Ahora te vas, que estoy bien.
Ahora te vas, que muero por ti.
Ahora te vas, que ya nos hemos amado.

¿Ahora?

Ahora te vas…

Ahora, que Santiago te besa la espalda
Y todas las luces, son mis ojos
Y la pared mis ansias.

¿Ahora te vas?

Ahora…

Un silbido de transeúnte,
Rompe el silencio de la despedida,
De nuestras miradas.
De nuestras caras de final.

En los latidos de mi corazón,
Se pierde la sensación de la vida,
Pasando por el rincón de los pensamientos.

En tu mirada, tus pupilas se abren…
Y tu vista se aleja de mi
Como cuando me voy
Y dejo carreteras andadas.

Con tu silencio,
Con tu agobio a un cambio y a mis palabras,
Malgastas el último momento.

En los latidos de mi corazón..
Se pierde la sensación de la vida,
Pasando por el rincón de un sentimiento.

La calle

Una señora que no tiene noche
Me comenta sin conocerme:
“En este basurero

hay muchas cosas que me sirven”

Recoge basura, como quien compra fruta en el mercado...

Al lado un tipo,

se vuela con una bolsa de pegamento,
Guardando en ella la culpa

de campañas de gobierno propagandistas.

Me canso…
Miro a la luna, veo tus ojos
Me tiñes de amor
Y me declaro culpable
Por que prefiero tu presencia
Antes que un mundo mejor.

Noche de día,
De gente perdida.
Basura, comida.
Que pasó en sus vidas?
Su soledad intranquila.
Su felicidad de esquinas.

Benji

El perro de la calle Roberto Espinoza,
Ya me conoce.

Benji!!!
Le dijo una señora,
Cuando yo desde mucho antes
De saber su nombre,
Ya le había puesto ese apodo.

Es amigo de quienes lo conocen,
Me costó su amistad…

Cuando un día él perdido,
A su casa lo fui a dejar…
Andaba borracho y solo,
No se entendían mucho sus ladridos.

Lo encontré en el metro…
Quizá esperando o dejando alguien,
Quien sabe.

Perro indigente,
Su cama es el regazo de un árbol
Y en su cuadra la gente le da de comer…
A cambio, como agradecimiento
Duerme eternas siestas, da gusto verlo dormir…

Es feliz cuando come y duerme
Como todo buen perro.

Perro indigente, el Benji lo nombran,
Vive en una cuadra de la calle Roberto Espinoza.
Si quieres su amistad, te costará…
Salvo que lo encuentres borracho y perdido
Y a su casa vayas a dejar.