Me molesta
mi almohada
son las seis
de la mañana
y el lucero
desaparece.
A las parejas
puedo odiar,
menos al tiempo
que me hace recordar:
que el silencio
no es olvidar.
Pero quien
para a la mente!
cuando el pañuelo
rojo es el único
que abraza.
Las luces de Santiago
están solas,
me pena el sol
y la luna.
Mis manos son
cobardes
no me quieren
ahorcar
y el cuchillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario