Ella…
Es como su cuerpo,
Blanco y transparente
Como el viento que se siente
Que me besa de repente.
Pero sus manos…
Son frágiles, como las rosas
Que florecen si me tocan.
Sus piernas…
Son largas y firmes,
Delgadas y suaves.
Bellas de donde se miren.
Como faro centellante,
Cuando pasan los flotantes.
Sus brazos, tallos de rosa sin espinas.
Sus pies, espadas cuando caminan en despedidas.
Su boca, mi horizonte.
Su voz, su razón
Pero lo más que me gusta de ella,
Solo ella lo sabe y los transeúntes
Que escuchan mis susurros al oído
En los semáforos en rojo, con mi abrazo.
Si supieran lo que le digo….
Soy como un mar embravecido,
Cuando solo la miro.