Me alejé cada día.
Me sumé a la tristeza
Mientras todos reían.
Como la chica del café
Que perdía su alma cada día.
Mientras otros impresionaban
Con sus grandes títulos académicos
Y sus vidas cada vez más endémicas.
Yo llamaba la atención:
Por mí mirada ida.
Por hacer lo que nadie hacía.
Por no tener claridad.
Por mi caminar de aquí para allá.
Así, tuve amantes
Y las perdí por la embriagues
Perfecta del poeta.
1 comentario:
EL Poeta como un niño filsofo, inquieto y absuelto de todo, amante de tiempo en tiempo, pero amante inmortal.
Sí estan los bienes en sus sitios y quienes son profetas de esas tierra, más el poeta lo tiene todo y vive sin nada más que su ríqueza en esencia.
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