Hay mil
Maneras para amar,
como mil mareas en el mar.
Amaré
en el mar
a otra,
de otra marea.
Que quiera mojar mis pies,
con sus manos de espuma salada.
Pero tú
llevarás
por siempre
la luz
de mi faro
cuando no
esté la Luna
ni estrellas
en el techo
de tu habitación.
Y estaré en cada lluvia.
En cada ola.
Y en los ojos de
todos los perros callejeros.
La soledad
se ha instalado
en mi barco,
navegué en tu regazo
Y naufragué.
Ahora de Isla Blanca,
encenderé la fogata.
Esperaré
en el mar
a otra,
de otra marea.
Que me quiera mojar los pies,
con sus manos de espuma salada.