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domingo, 4 de noviembre de 2007

XXIX


Tengo vida,
recuerdos, tristezas,
alegrías y un temor.

Tengo inviernos,
veranos, otoños,
primaveras.
Sin ti mi amor.


Mas te encontré
en un invierno cálido.
Y me congelé con tu calor
de ausencia infinita.

Ni el verano
pudo ser tan cálido
como tu cariño invernal...
Ni tu invierno
tan frío
como para dejar
la cordillera nevada.

Después que te fuiste todo lloró.

La cordillera dejó valles
en mares por tu partida.
Las nubes mojaron las ciudades,
mas no pudo borrar tus pasos.

Lluvia que intenta mojar
y secar a la vez.
Sol de noche que intenta dormir
con insomnio.
Pasos que encaminan mis días
de maletas interminables.

Todo me sabe ausente.

¿Es acaso la ausencia que está presente?
Presencia ausente !
Te llamaré entonces.
Y pensaré en ti
en la hora
del canto del gorrión
en mi ventana.

1 comentario:

Rodolfo Serrano dijo...

Me gusta lo de que la lluvia mojó las ciudades pero no pudo borar sus pasos. Una imagen excelente.